martes, 29 de diciembre de 2009

CLASIFICACIÓN DE LA RETINOPATÍA DIABÉTICA

De acuerdo al ETDRS la RPD se puede clasificar en una etapa temprana o retinopatía diabética no proliferativa (RDNP) y una más avanzada o retinopatía diabética proliferativa (RDP).

La RDNP se subdivide a su vez en leve, moderada, severa y muy severa. La RDP se subdivide en temprana, de alto riesgo y avanzada. El EMD es un evento que puede suceder en cualquier momento de la progresión de la RPD.

Retinopatía Diabética No Proliferativa
Los cambios que se producen en la RDNP están limitados a la retina. Los elementos característicos que se pueden apreciar en el examen oftalmoscópico comprenden microaneurismas, hemorragias intrarretinianas en flama y puntiformes, edema de retina, exudados duros, dilataciones venosas que pueden adoptar la forma de arrosariamientos venosos, anomalías intrraretinales microvasculares (IRMAS, por sus siglas en ingles), exudados blandos, anormalidades arteriolares y áreas de cierre capilar. Estás alteraciones pueden ser observadas durante una exploración de fondo de ojo con oftalmoscopia directa o indirecta.

No detallaremos las características oftalmoscópicas específicas de cada una de las subdivisiones de la RDNP. Sin embargo, basta decir que a mayor número de hemorragias intrarretinales, aparición de dilataciones venosas o de anormalidades intrarretinales microvasculares, la RDNP aumenta en su severidad y empeora en su pronóstico.

Según el ETDRS, los pacientes con RDNP severa tienen un 15% de posibilidades de progresar a RDP de alto riesgo en un año y los que padecen RDNP muy severa tienen un 45% de posibilidades de progresar a RDP de alto riesgo en un año.

Retinopatía Diabética Proliferativa
La isquemia progresiva que se produce en la retinopatía diabética, debido al cierre capilar, tiene como consecuencia la formación de neovasos , los cuales, junto con la cama de tejido fibroso que los acompaña, proliferan más allá de la retina, sobre ella y hacia la cavidad vítrea. La aparición de estos neovasos es lo que define a la RDP. Los neovasos se observan con mayor frecuencia en el nervio óptico o cerca de ese y cercanos a las arcadas vasculares, pero se pueden encontrar en cualquier parte del fondo de ojo. Es posible ver los neovasos mediante oftalmoscopia directa o indirecta.

La progresión de la neovascularización aumenta el riesgo de hemorragias pre-retinianas y hemovítreos. En etapas más avanzadas está proliferación fibrovascular que se ha anclado en el humor vítreo puede traccionar la retina produciendo desprendimiento de retina tipo traccional o romper la retina periférica en los puntos de adherencia al vítreo, es decir provocar un desgarro periférico en la retina con el subsecuente desprendimiento de retina tipo regmatógeno.

También pueden producirse desprendimientos de retina combinados en que coexisten ambos mecanismos. La presencia de un desprendimiento de retina crónico en un paciente con RDP es un factor de riesgo para producir neovascularización del iris (rubeosis iridis) y para desarrollar glaucoma neovascular, un tipo de glaucoma secundario, cuyo pronóstico es sombrío.

La RDP evoluciona en tres etapas de menor a mayor severidad: temprana, de alto riesgo y avanzada. Esto está dado por la ubicación y extensión de los neovasos, la presencia o ausencia de hemovítreo y la presencia o ausencia de desprendimiento de retina con o sin compromiso macular.

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